ESPIONAJE DURANTE LA GUERRA FRÍA
La Guerra Fría fue un enfrentamiento político, económico, social, militar, informativo y científico iniciado tras finalizar la Segunda Guerra Mundial entre el bloque Occidental (occidental-capitalista) liderado por Estados Unidos, y el bloque del Este (oriental-comunista) liderado por la Unión Soviética; el cual inicio en el año 1947 y culminó en el año 1989. Si bien, no hubo enfrentamientos directos entre ambas potencias, sí se llegaron a utilizar métodos de espionaje para comprobar, que tan avanzada era la tecnología de aquellos rivales.
¿EN QUÉ CONSISTÍA?
El espionaje por parte de ambos bandos, consistía crear organismos con el propósito de interceptar información con distintos métodos. Por ejemplo, el espionaje internacional impartido por la Unión Soviética que se basaba en distintos métodos de fuente humana como Rezidents: intrusos que elaboraban algún trabajo regulador como, constructores, plomeros; pero que su verdadero objetivo era ser la conexión entre la embajada y las delegaciones entrantes. Para cumplir con su cometido, se fundaron dos agencias de inteligencia: la KGB (Komitet gosudárstvennoy bezopásnosti o el Comité para la Seguridad del Estado), fundada el 13 de marzo de 1954 en la Unión Soviética, la cual contaba con infiltrados en Polonia y los Estados Unidos de América.
Mientras tanto, en el otro continente, los americanos, empezaron a desarrollar sus propias organizaciones como la Agencia Central de Inteligencia o CIA (Central Inteligence Agency), la cual fue fundada en 1947 por Harry S. Truman. La cual se encargaba de recopilar información de gobiernos, corporaciones e individuos extranjeros, aunque sus oficinas centrales se ubicaban en Washington D.C se sabe operan alrededor del mundo mediante las embajadas americanas, todo esto con fines contraterroristas y de contrainteligencia, así como entramar agentes y eliminar cualquier tipo de información innecesaria.
ARMAS Y METODOS DE LA GUERRA FRÍA
A continuación contaremos uno de los casos más significativos debido a su complejidad en cuanto a la ejecución: En la embajada estadounidense, un grupo de niños de la Organización de Jóvenes Pioneros de la Unión Soviética protagonizó un encantador gesto de amistad entre las dos superpotencias, le regalaron a Averell Harriman, el embajador estadounidense, una escultura tallada a mano del sello ceremonial de EE.UU. Más tarde se lo conocería simplemente como La Cosa. Normalmente la oficina de Harriman hubiera revisado el pesado adorno de madera en busca de micrófonos ocultos, pero dado que no había cables ni baterías a la vista, ¿qué daño podría hacer? Harriman le dio a La Cosa un lugar de honor, colgándolo en la pared de su estudio, desde donde mantuvo sus conversaciones privadas durante los siguientes siete años. Leon Theremin ya era famoso incluso entonces por su revolucionario instrumento musical eléctrico, que llevaba su nombre, y que sonaba sin ser tocado. Había estado viviendo en EE.UU. con su esposa, Lavinia Williams, antes de regresar a la Unión Soviética en 1938. Su esposa luego dijo que fue secuestrado. En todo caso, lo pusieron rápidamente a trabajar en un campo de prisioneros, donde se vio obligado a diseñar La Cosa, además de otros dispositivos de escucha. Eventualmente, los operadores de radio estadounidenses se toparon con las conversaciones del embajador de EE.UU. que se transmitían por radio, pero no pudieron detectar el origen de las transmisiones. Escanearon la embajada en busca de emisiones de radio y no detectaron micrófonos. Tomaría aún más tiempo descubrir el secreto. El dispositivo de escucha estaba dentro de La Cosa, y era ingeniosamente simple: apenas una antena unida a una cavidad con un diafragma plateado encima, que servía como micrófono. No usaba baterías ni otra fuente de energía. La Cosa no los necesitaba.
Lejos de diferenciarse de los sus adversarios de la Guerra Fría en cuanto al espionaje de tecnología militar, la URSS también cayó víctima en reiteradas ocasiones de robo de sus avanzados desarrollos en ese sector. Algunas de estas historias son recogidas en la página web Diletant. Las tecnologías furtivas o 'stealth'. La tecnología para la creación del primer avión furtivo fue propuesta en la URSS por el científico Piotr Yákovlevich Ufímtsev, pero la industria militar soviética la consideró como poco prometedora. Sin embargo, en 1962, el científico publicó en la revista científica Sovetskoye Radio un artículo titulado 'Método de ondas cortas en la física teórica de difracción'. En este estudio constataba que la onda rebotada del radar no era proporcional al tamaño del objeto, de lo que se dedujo que incluso aviones de gran tamaño podían hacerse poco visibles a los sistemas de detección. En 1970, el artículo fue advertido por un traductor del departamento de información científica y técnica de Lockheed Martin. En 1973, la sucursal del consorcio Lockheed Advanced Development Projects, popularmente conocido como Skunk Works, empezó el desarrollo del primer bombardero furtivo que desembocó en la aparición del F-117.
Al igual que los códigos de barras, las etiquetas RFID podían usarse para identificar rápidamente un objeto. Pero a diferencia de los códigos de barras, podían escanearse automáticamente, sin la necesidad de una línea de visión. Algunas etiquetas se pueden leer a distancia y algunas también pueden escanearse, aunque de manera imperfecta, en lotes. Además, algunas pueden reescribirse, leerse o deshabilitarse de forma remota. Y pueden almacenar muchos más datos que un humilde código de barras, lo que permite, por ejemplo, identificar a un objeto no solo como un tipo particular de jeans de talla mediana, sino como un par único hecho en un lugar determinado en un día determinado. Las etiquetas RFID se usaron para controlar los vagones ferroviarios y al ganado lechero en la década de 1970.
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